viernes, 11 de noviembre de 2016

Agujas del tiempo


Agujas del tiempo
bordando mi herida
brecha tan antigua
sobre nuestras vidas
Soles y naranjos
ciegan mi agonía
sangrando un ocaso
en mi alma vencida
Errantes las nubes
me pintan los ojos
y muerden piadosas
mi ser en despojos
Nana de los tristes
duérmeme en tu cuna
que quiero en el sueño
perderme en las brumas
Un ave nocturna
me clava su pico
funesto se eleva
al clarear el día
Apenas musito
mi voz por la vida
soy fuego que no arde
soy gris de cenizas
Crece, madreselva
trepa hasta mi cima
y anuda mis ojos
con tus flores tibias
Se apagan los ruidos
dulce lejanía
me rindo en el lecho
y sueño perdida


María Inés             

lunes, 24 de octubre de 2016

Entre tus manos


He andado el camino descalza
con mi paz a cuestas y también mi calma
viendo si en la bruma de estas necedades
al menos podemos rescatar el alma
He visto el milagro nácar de la luna
besando sencillo el agua del río
y oí aquel chistido tan espeluznante
de lechuzas graves gobernando el campo
He rodeado el cerro silencioso y terco
clavando su cuña en el valle fértil
sumido en misterio destilaba sombras
que se abrían oscuras como grandes fosas
Cierto humo blanco subía sinuoso
perfumando el aire de resabio a leña
un acorde triste lloraban las cuerdas
que pulsaban manos al temblor del fuego
Balaban ovejas sus penas de encierro
tras empalizadas de piedra y madera
y el agua en los charcos de plata y de hielo
mojaba mis suelas y mis penas por ellas
Miré con los ojos del alma y del cuerpo
y tras las murallas de tu mirar griego
no vi que se abriese dentro de tu pecho
ese corazón que maltrata tu ego
Llevé en mi actitud valor y coraje
fue voluntad íntegra, osado bagaje
y vi aquel amor otrora tan caro
suicidarse en penas, herido en tus manos


María Inés             

jueves, 13 de octubre de 2016

Pluma y espino


Navegándome la sangre
nace canoa mi pluma
y recogiendo va el zumbido
de una humanidad a oscuras
Suelo quedarme despierta
para oír aquellas voces
apagadas, misteriosas
confundidas, dolorosas…
Soy abismo sentenciado
de un ruiseñor que grita
de pájaros que ya no cantan
y de otros que rengos, trinan
Hay fibra y buena madera
que cercenan sistemáticos
por el metal miserable
que justifica la sangre
A ojo de buen halcón
y a fibra de alma hechicera
veo agitarse palomas
probándose alas nuevas
Escándalos y disparates
cunden sin restricciones
se desnudan las vergüenzas
y se llenan las prisiones
Absurdas apologías
de poderes entre sombras
donde un ojo de conciencia
es espada que no corta
Yo conozco a esas lechuzas
posadas siempre en el palo
que bien se pueden caer
al viento doblar sus alas
Si por vivir hoy respiro
veo con pena al dormido
pienso que al pobre oprimido
piadosa le es la venda
Sabido es que este mundo
de conveniencias creadas
es una tierra de esclavos
de libertad denegada
Nada es todo, se diría
y todo puede ser mucho
impera el caos sembrado
que asola la paz del mundo
Política y religión
más los lujos consabidos
son engaños que entretienen
egos, mentes y destinos
Todos pujan por llegar
arrancándose la piel
y al final de tal suceso
ninguno puede ganar
He enarbolado banderas
bregando de justiciera
por la igualdad de la gente
y por un camino nuevo
Pero un día comprobé
que mi lucha era en vano
suele mirarse el ombligo
aquel que sufre de pie
Y por si esto no alcanzara
para aclarar mi renuncia…
dan la muerte a quien exige
siempre en la misma derrota
¡Ah, muerde la sangre mis venas!
dejando atrás ciertos lujos
al marcharme a la montaña
frugal y de alma al abismo
Despertaré jardines de auroras
socavando la tierra con mis manos
si es menester horadaré la piedra
para sembrar la semilla de calma


María Inés

sábado, 8 de octubre de 2016

Tú y yo


Tu boca nace en cada nueva rosa roja
derramando rubíes en el trapecio de mi ser
henchido corazón que palpita este quererte
hombre que en tus manos traes el amanecer
Tú y yo renacemos floreciendo en la poesía
cultivando el sentir en flores transoceánicas
a veces son gaviotas volando cielos grises
que a pluma y sangre van dejando cicatrices
Cuando me escuchas sereno y tan atento
te regalo en mi voz el vuelo de los pájaros
también la estrella azul de la mañana
y mi alegría que rutila en el topacio
Cuando me hablas te escucho enamorada
porque en tu voz hacen nido los abrazos
y allí me muestras la luna con dulzura
o me acunas con la sensualidad de los sargazos
Mis poemas de amor llevan tu nombre
tu raíz de vida, tu sentencia de hombre
tu piel, tu voz y la llama de tus ojos
porque mi pluma te nombra su horizonte


María Inés

sábado, 1 de octubre de 2016

Mi ser reclama


Mi ser reclama esas instancias indeclinables
en que cansada de océanos y banderas
siento tu hombría agolpándose en mis manos
Respiro el aire nocturno de tus ojos calmos
y es ese aroma tuyo, con resabio a luna
que me acuna cuando estoy entre tus brazos
Trémula de amor, exhausta, tiemblo
en las dunas celestes de tu piel callada
y rendida nace mi luz por adorarte
El vino del amor pleno de uvas castas
le inventa soles a la herida del crepúsculo
y desde el borde de tus besos florecen amapolas
Cuando me besas el mundo sabe dulce
a flores rojas, puras, y jacintos encendidos
y es imposible, querido, no desear amarte
Eres trovador que enciende mis pupilas
eres mi vida, mi mejor sendero
ruta y destino, mi gloria y mi baluarte
Tú y yo, mi vida, tiernos peregrinos
¿qué más haremos en esta loca vida?
¡amarte, amarnos y nuevamente amarte!


María Inés             

domingo, 25 de septiembre de 2016

Vocablos


A pulso voy detrás de las palabras
buscando aquel vocablo que defina
la intensa profecía que me anima
sin poder expresar las emociones mismas
Tal vez un parecido se aproxima
cuando digo amor y mi ser tiembla
pero si escribo amor, aun sintiendo
pondré solo palabras manifiestas
Cada letra hará eco en la otra orilla
y se agitará por ella el agua quieta
pero nunca, jamás podrá su estrella
ser fiel reflejo de mi esencia
Huelo las palabras en la selva
en la tierra húmeda y espesa
en el musgo esponjoso cuando llueve
y en las copas de árboles inmensos
Acaricio las palabras en los cuerpos
en los hocicos tristes de los perros
en los frutos perfumados y perfectos
y en la mano vacía del pequeño
Abrazo la palabra en mis hijos
en la tiesa soledad de los ancianos
en aquellos desamparos sin cobijo
y en la sin voz de aquel que no ha nacido
Persigo la palabra en la justicia
en la voraz mentira que limita
en aquella que es verdad entre familia
y en la que hecha ley no se reprime
Observo la palabra que de prisa
se avergüenza al nacer y cae de avaricia
también aquella que feliz, trae noticias
o la del sí de quien ama y da su vida
Beso dulce la palabra entre tus labios
en cada verso que me inspiras
en el asombro abierto hacia tu herida
y en la brutal melancolía que te anida
Al fin de cuentas solo sé que busco
en ese idioma limitado que me dieron
expresar sin límites el Universo
pero no alcanzan las letras ni los versos


María Inés

jueves, 22 de septiembre de 2016

Silencio de la sangre


He cultivado un jardín de estrellas
entre el sesgo abrupto de las piedras
allí en lo alto del gris acantilado
mi corazón obró febril este legado
Viento de cumbres redondas y silvestres
fue tu voz que me advertía no siembre
pero la luz de la semilla de campanas
se abrió por sí sola a las quimeras
Allá, lejanas las casas, se arraciman
dormidas como copas de misterios
donde el vino profundo de la vida
corre oscuro de dolor o de consuelo
Inmóvil, indecisa ante la aurora
he visto despeñarse los guijarros
y expuestas han quedado las raíces
ante cualquier afán de gloria
Gloria de amar las cosas por su nombre
sin falsos rótulos, ni egoísmos tontos
amando con el alma abierta al hombre
aun a costa de mi propio nombre
Es hora de guardarse en el silencio
mis flores de cielo ya se duermen
he de cubrirlas con edredón de fuego
el resto que me queda y ya no quiero
Alguien sabrá cuando me vea serena
que si hoy cultivo flores en la tierra
es por amor a las semillas ciertas
para honrar la vida hasta que muera


María Inés             

sábado, 10 de septiembre de 2016

Razón incierta


Cae el doblez entre las calladas sombras
y el cansancio se apodera del valor del hombre
ruge el quebranto en la razón incierta
que trae la diabólica flecha de contiendas
Hay huecos en la tierra estremecida en dramas
donde claman almas que sin paz se agitan
previniendo a otras que aún cuerpos habitan
sobre un fuerte viento perverso de injusticias
Mientras, van los pueblos en rutas de discordias
hermanos contra hermanos tras la pared del odio
en la banal y absurda realidad ilusoria
donde se acribillan las cosas caras y sencillas
En la exaltada emoción de pertenencia
se alza un estandarte territorial ficticio
y es que tras un velo, ruines sombras precipitan
encubriendo una verdad imperialista
Los pueblos somos esperanzada vida
manipulados en creencias bien mentidas
no gobiernan ni defienden quienes dicen
sino malsanos ejecutores de avaricias
Aquellos que corrompen desde afuera
incitan a ser corruptos a los de adentro
porque no se ha visto que a los hombres buenos
les permitan defender causas honestas


María Inés

miércoles, 7 de septiembre de 2016

Letargo


La tarde se mece en el índigo del Mediterráneo
la brisa besa la arena tersa y blanquecina
una mano invisible, nostalgiosa y solar
barre la costanera y yo te pienso en el malecón
El cielo huye herido ante mis ojos secos
lloro por dentro, casi es un lamento
en que la hora crepuscular rueda desnuda
en la ternura que se viste de desolación
A lo lejos, blancos edificios me saludan
poblados de un enjambre de ventanas encendidas
repito varias veces tu nombre, muy bajito
para no despertar las letras que lo habitan
Te veo venir en el horizonte pálido del recuerdo
y la marea de cristal aumenta y llega con fuerza
me tiemblan las manos por alcanzarte, ansiosa
pero en la bruma fenece abrupta, tu figura hermosa
Se han ido los buques y los veleros a otros puertos
el mar bulle de olas hacia abajo, en secreto
¿por qué no vienes, si sabes que te espero?
¡vengo puntual y a tiempo para el beso!
Suena lejana la sirena de algún barco
el faro irradia su luz sobre peñascos
y resignada regreso a mi refugio
que me aguarda en los corales, bajo el agua
Cuando me duermo entre las caracolas blancas
me llega la canción que me cantabas
la han aprendido los delfines y las algas lacias
y en ella se repite que me amabas


María Inés